Aunque comprendo los beneficios que ofrecen, quiero referirme a sus paradojas de medios y fines: la tragicomedia de la tendencia online .
Mi propósito era escribir sobre la seguridad informática en los wikis, pero mi editor de texto no reconoció este anglicismo; aunque parezca fuera de onda, quiero compartirles mi percepción de los factores que nos aíslan en la euforia tecnológica, basado en una interpretación particular de su argot. Inicio generando contexto en torno a la red, pues hace años nos reprochaban por vivir en las ‘nubes’; ahora la moda es estar en el cloud, donde creamos un mundo a imagen y semejanza de nuestras ficciones de ubicuidad, concurrencia y omnisciencia.
Sin embargo, estamos en-red-ados en la matriz cibernética, pues con aparatos más sofisticados y menores costos nos comunicamos más, pero no lo hacemos mejor; aunque el objetivo primario de Internet era democratizar el acceso a información y conocimiento, la mayoría de personas no parece saber más de lo que facultaba a la antigua usanza; el libre mercado de contenidos se corrompió como el financiero, pues aunque los navegadores han evolucionado, naufragamos en un mar de información tóxica, desechable y mediocre.
Debemos educarnos en el uso adecuado de estas libertades, pero, seamos conscientes, lo anterior proyecta señales inequívocas de las carencias de una sociedad aislada, y una crisis de valores; en efecto para suplir vacíos de estima e identidad Shakespeare hablaría de máscaras y álter egos, pero los ‘avatares’ mutaron hacia la realidad y propiedad virtual, donde transamos proyecciones y derivados.
La tecnología, pensada para facilitarnos la vida, vertiginosa nos ha guiado al desasosiego, el consumismo y la pereza; tomemos conciencia para obtener el mejor provecho de las TIC: es libre albedrío seguir condicionados por las modas, como marionetas inalámbricas del determinismo tecnológico.
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